domingo, 15 de noviembre de 2009

La linternita que me diste

La linternita que me diste me cabe en una mano.
Y me aferro a ella, con una esperanza ciega,
como se aferran a la estrella polar
los marineros entre la niebla.

La linternita que me diste es pequeña
pero su luz no tiene medidas,
porque con ella irradias tu amor
con el que iluminas los rincones de mi alma.

La linternita que me diste es negra.
Pero la encontraré en la penumbra aunque no la vea
porque el calor de tus detalles y cuidados, reflejados en ella,
me guiarán a su encuentro sin traspiés ni pérdidas.

La linternita que me diste está a unas llaves atada
y con ellas me abriste las puertas
de tu confianza y de tu casa.
Con ellas te abro yo las puertas de mi corazón y mi alma.

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