lunes, 18 de enero de 2010

Sigue

Te mordiste los labios,
esos que probé yo alguna vez,
y callaste.

Aguantaste entre dientes
aquel arsenal de palabras
y fuiste presa, una vez más,
de aquello mil veces pensado
y nunca dicho.

Te llevaste las manos a la boca
a punta de razones;
ahora solo tú puedes derrumbar
la represa que mantiene tu voz contenida.

Armaste, eslabón a eslabón,
la cadena con la que amordazaste
y apresaste cada sentimiento,
cada pensamiento, cada palabra.

Las razones ya no me importan…

“Sigue guardando silencio,
tal vez, cuando decidas hablar,
ya no quiera escucharte”.


Frase final: David c Fild

1 comentario:

  1. que intenso, me encanta como escribes.
    por eso deje el primer comentario.

    me siento halagado de hayas puesto esa frase.

    simplemente gracias...

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