Las piernas se alargan. Se encogen.
Se habla en jadeos.
La piel se tensa
y lo visual es deleite.
Un cuerpo alzado.
Baja.
Una y otra vez.
Se sorbe sudor.
La tomas por la cintura y la levantas.
Ese cuerpo firme y pequeño.
Sientes una gota de ella haciéndose tu piel.
Su respiración cercana.
Sus brazos entre tus brazos.
Ella retoma el piso
mientras la música se pierde en silencios.
Los movimientos cesan y termina…
…la clase de danza.
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